lunes, 31 de marzo de 2014

La Muerte

En niños pequeños:
Un tema complicado que siempre se intenta evitar es la muerte. Es un tema tabú, nos sentimos incomodos hablando sobre el, no sabemos como hacerlo y tampoco cuando.
Cuando somos adultos tenemos una forma de llevar las cosas y como somos más mayores podemos comprenderlas, pero ¿qué sucede con un niño?
¿Cuándo es el momento adecuado?¿Cómo se lo explicamos? Son muchas las preguntas que nos hacemos en relación a este tema.
Después de debatirlo, a la conclusión que he llegado es que es difícil tratar el tema de la muerte pero se tiene que hacer.
En las edades más tempranas, de 2 a 7 años, creo que es importante que se explique que esa persona o animal no se encuentra con nosotros. Esto se puede explicar directamente pero en ocasiones es difícil. Yo hasta ahora no sabía que existían cuentos que trataran la muerte y me parece muy buena idea explicarle a un niño mediante un libro este tema. Pienso que no se debe adornar mucho la historia porque los niños son muy inocentes y se lo creen todo, a veces adornar demasiado la historia lo único que puede hacer son preguntas incomodas para el adulto o que el niño crea cosas imposibles.
Cuando los niños pequeños pierden a alguien, en muchas ocasiones no tienen el sentimiento de falta porque no son del todo conscientes de lo que ha sucedido.
Pensamos que evitando no comentarlo se solucionan los problemas y creemos que ellos no van a preguntar pero al igual que nosotros buscamos respuestas ellos también las necesitan.


La primera idea que hay que tener para hablar de la muerte a un niño es que “siempre hay que decirle la verdad”
-Eludir hablar de un asunto que es evidente que afecta a la familia envía un mensaje equivocado para el niño
-Es importante ser receptivo a las preguntas del niño o la niña, porque forma parte del proceso del duelo. Hay que observar su comportamiento. Puede no apetecerle jugar, no estar con sus amigos, buscar estar más con su familia y demandar más cariño y más contacto físico. Ahí se ve que el niño está distinto y lo está pasando mal, tanto antes como después del fallecimiento del ser querido”
Es muy importante que no tengamos a los niños al margen de los rituales de despedida. 
Un niño también necesita llorar una pérdida y necesita apoyo, comprensión y cariño.

¿Cómo lo tratarían?

1 comentario:

  1. Creo que has dado en la clave, pero aparte de la edad, hay que tener en cuenta también la personalidad del niño y la relación que tenía con esa persona. Por eso de ser mayores subestimamos la capacidad de entender las cosas de los niños, y algunas veces ellos están más preparados que muchos de nosotros.
    A los 9 años murió mi abuelo y fui consciente de ello porque lo vi con mis propios ojos, mi madre nunca llegó a comentarme el tema, pero entendía que también era duro para ella. Sin embargo, a mi hermana de 2 años, le dijo que mi abuelo se había ido de viaje, que no sabía cuando iba a volver, pero que algún día iríamos a visitarlo otra vez. Con el paso del tiempo, mi hermana fue dejando de preguntar por él porque sabía lo que significaba ese viaje.
    En su momento me pareció una bonita forma de decírselo, pero es cierto que no hay que apartarlos del ritual, a mi me hubiera gustado ir al velatorio o al entierro pero no me dejaron por eso de ser una niña.
    Se pueden decir muchas cosas, pero hasta que no seas madre y te encuentres en esa situación, no sabrás cómo actuar.

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