Nos preguntamos cuando es buen momento para leer, cuando hay
que hacerlo y para quien hay que hacerlo. La respuesta a esto es “siempre”,
cada vez que se pueda se debe de hacer.
Los niños siempre están atentos a lo que dicen los adultos
de esta forma es muy importante que delante de ellos las palabras que se
produzcan sean adecuadas.
Desde que el niño desarrolla el oído dentro de la barriga,
este comienza ha escuchar. Lo primero que escucha es la voz de su madre y
después la de los demás, mediante la entonación de cada persona el niño va
formando su propia voz.
La lectura en voz alta permite a los jóvenes a llegar a lecturas que a lo mejor nunca se hubiesen interesado por la complejidad del vocabulario o por la extensión. Al escuchar se aumenta la comprensión, permitiendo dejar llevar la imaginación y elaborando sus propias imágenes. Muchas veces la lectura en voz alta ayuda a la relajación y a la concentración del niño. Mediante la lectura en voz alta se consigue una tonalidad, un ritmo que el niño percibe sin nosotros darnos cuenta. Con la práctica de leer se consigue también esta entonación de darle emoción a la historia.
Leer en voz alta da la oportunidad de establecer un dialogo, compartir experiencias y opiniones, de esta forma sabremos la opinión de los niños y cuales son los temas que más les interesan o llaman la atención. Pasos que se pueden seguir después de la lectura:
- Una buena conversación comienza con una buena pregunta.
-Busca los puntos de interés del niño.
-Elige tus preguntas a dar sentido a la historia.
-Haz conexiones personales con la historia.
-No hay respuestas malas, todas son buenas.
-Es importante escuchar, ya que ellos se sienten bien sabiendo que se les hace caso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario