Escritor y terapeuta argentino, Jorge Bucay es conocido por
sus libros de autoayuda y superación con los que se ha convertido en uno de los
autores más vendidos de España y América Latina.
En su obra 26 cuentos para pensar, nos ofrece 26
historias fruto de su propia inventiva, cuyo objetivo son crear un vínculo con
el lector en el que el cuento se convierte en un lazo único con el
escritor.
Bucay, ante todo, hace una apología de la solidez y la
fiabilidad del sentido común.
Mensajes que llegan hondo, historias vueltas a contar que
siempre encuentran un anclaje en nuestros sentimientos.
Son historias de todo tipo, donde sacas conclusiones o reflexiones de ellas. Pienso que si se explican a partir de Primaria se puede leer y empezar a entender que los cuentos son como la vida de cada uno de nosotros, en las cuales puede pasar de todo.
Yo os dejo una que me gusta mucho:
Yo os dejo una que me gusta mucho:
Había una vez una
princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase
verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos
los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde
ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de
pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue,
cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron
a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la
mitad, también se fue.
Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven.Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.
Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven.Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.
La princesa que había
despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo,
pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en
Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de
campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto
los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho
al rey:
- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.
- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.
El rey se había puesto
contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le
hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se
cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él.
Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba
ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber
pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se
marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:
- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?
Y el hijo contestó:
- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi, Amor, ¿verdad madre?
Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace es, porque todo se ha terminado.
- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?
Y el hijo contestó:
- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi, Amor, ¿verdad madre?
Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace es, porque todo se ha terminado.
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